Las personas que no sabemos exteriorizar o gestionar nuestras emociones -eso se lleva mucho ahora, gestionarlo todo- nos las comemos.
El hábito de comernos las emociones comienza pronto -en mi caso desde que recuerdo- y es difícil acabar con él porque en un momento de debilidad emocional lo que menos te apetece es preocuparte de lo que estás comiendo. Pero hay que hacerlo, hasta conseguir cambiar ese hábito.
En la lista de todo lo que nos comemos creo que lo más perjudicial son las creencias negativas y/o los pensamientos irracionales, esas ideas que tenemos bien arraigadas dentro y que nos creemos firmemente, sin cuestionarlas: "yo siempre he sido gorda y no puedo cambiar", "mi constitución es así", "soy gorda por genética, mi madre también lo es", "físicamente no valgo nada", "quién se va a fijar en mí", "a las chicas como yo no le pasan cosas bonitas"... todas estas lindezas que nos decimos se nos quedan bien tatuadas por dentro para boicotear cualquier intento de salir de ahí, de liberarnos, de tener la posibilidad de comenzar una nueva vida. La única manera de combatirlas es identificar cada uno las suyas, pensar por qué son erróneas, entender en qué nos están condicionando y cambiarlas por pensamientos racionales o creencias positivas. Así que ¡mucho ánimo! Nunca es demasiado tarde para cambiar tu vida :)
