Me resulta
demasiado duro cambiar mis hábitos y cada vez que me lo planteo me entra
ansiedad y como el doble.
Si algo tengo claro, por mi experiencia de estos años, es que un proceso de cambio tan importante no se puede forzar porque no es sólo cuestión de esfuerzo, sino de motivación. Quiero decir que hay que estar increíblemente motivado, de manera que el esfuerzo sea llevadero. Yo, en ocasiones, estuve tan motivada que no me costaba nada hacerlo. Es más, estaba deseando. Pero ahora no es así.
Si algo tengo claro, por mi experiencia de estos años, es que un proceso de cambio tan importante no se puede forzar porque no es sólo cuestión de esfuerzo, sino de motivación. Quiero decir que hay que estar increíblemente motivado, de manera que el esfuerzo sea llevadero. Yo, en ocasiones, estuve tan motivada que no me costaba nada hacerlo. Es más, estaba deseando. Pero ahora no es así.
Me
pesan mis fracasos anteriores, el hecho de acabar recuperando todo el peso… y
no logro animarme.
Hubiera querido no tener que escribir nunca este post, pero ahora mismo no veo otra salida. Lo dejo. Por mucho que cada vez que pase por delante de un espejo me horrorice lo que veo. Lo dejo.
Hubiera querido no tener que escribir nunca este post, pero ahora mismo no veo otra salida. Lo dejo. Por mucho que cada vez que pase por delante de un espejo me horrorice lo que veo. Lo dejo.
Voy
a relajarme y a tratar de disfrutar de la vida -y de la comida- hasta que algún
día, si llega, algo dentro de mí haga "clic" y pueda abordar el proceso de cambio con éxito, desde la motivación y el buen ánimo. Sin eso
resulta un proceso tan duro que es imposible para mí abordarlo. No sé si alguna
vez ocurrirá, pero hoy debo admitir que no puedo más.
Si me preguntaran por lo que más me ha ocupado la vida durante los últimos 20 años tendría que responder que ha sido el sufrimiento por mi sobrepeso, el rechazo a mi aspecto y el querer cambiar sin conseguirlo.
No me gustaría tener que contestar esto mismo dentro de 20 años. De modo que mi nuevo propósito es disfrutar de la vida como estoy. Quizá pueda aceptar que soy gorda, que la vida es algo más que kilos e incluso descubra que se puede ser feliz con sobrepeso.
Si me preguntaran por lo que más me ha ocupado la vida durante los últimos 20 años tendría que responder que ha sido el sufrimiento por mi sobrepeso, el rechazo a mi aspecto y el querer cambiar sin conseguirlo.
No me gustaría tener que contestar esto mismo dentro de 20 años. De modo que mi nuevo propósito es disfrutar de la vida como estoy. Quizá pueda aceptar que soy gorda, que la vida es algo más que kilos e incluso descubra que se puede ser feliz con sobrepeso.