lunes, 27 de octubre de 2014

Tanto pesas, tanto vales

Me he sentido muy identificada con el post "¿Y ahora qué me falta?" de @B_Photolicious en WeLoverSize. Explica estupendamente esa sensación de vacío, ese ¡pues no era para tanto! que te invade cuando por fin, después de mucho sufrimiento físico y sobre todo mental, consigues ser una más de las mujeres delgadas que merece ser aceptada por todos.

Es entonces cuando te das cuenta de que las delgadas no son felices, al menos no por el hecho de ser delgadas. Esto me lo dijo hace tiempo una compañera de trabajo que era espectacular, tenía un tipazo estupendo y era realmente guapa. Pero no feliz. Ni siquiera estaba contenta con su vida. "Es que vosotras (entiéndase, las gordas) creéis que estar delgada es todo en la vida. Pero no es así".

Y es verdad. Como también lo es que cuando estás gorda es muy difícil que la obsesión por adelgazar no se convierta en una prioridad y que pienses que los kilos son la barrera que te separa de una vida mejor.

Porque adelgazar no da la felicidad, pero estar gorda la quita. Te la quitan todos los que te rodean y sólo hablan de ti y contigo en términos de peso. "Te veo más delgada"; "Esa ropa te hace mejor tipo"; "¿Estás embarazada?"; "No estás gorda, es que eres grande"; "¿No estás más redondita?". Ni una referencia a que acabaste la carrera; cero menciones a que has encontrado trabajo; indiferencia absoluta a que te va bien profesionalmente o en otras facetas de tu vida. Estás gorda. Y punto. Tanto pesas, tanto vales.

Por eso creo que es importante no dar al peso más importancia de la que tiene, ¡hay que seguir viviendo y disfrutando, al margen de lo que una pese! porque el día que te subas a la báscula y por fin veas el número soñado será un día como el de ayer y como el de mañana...  pero las experiencias que te perdiste porque estabas gorda y preferiste no ir, el tiempo que pasaste sufriendo, triste y obsesionada por ser diferente... ese ya no vuelve.


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